martes, 15 de enero de 2013

El gran sacrificio higiénico

Foto real del lugar de los desechos

Todavia no eran las 9 de la mañana y ya una presión importante me decia que fuese llendo al baño a despedir a un amigo del interior.

La verdad es que los baños de acá no son de los más higienicos ni los más cómodos pero después de diez años de visitarlos todos los días, los parametros de exigencia fueron reduciendose hasta niveles bastante desagradables.

De los tres casilleros, solo los últimos dos aprueban según mi criterio. El primero no porque es el mas cerca de la entrada y mi investigación dice que es el mas concurrido por ende mas usado por ende más sucio.
Me dispongo a sentarme y me entero una mala noticia. Acaban de usar este inodoro: la tabla estaba caliente. Puaj. No hay nada mas feo que ser compañero de culo de alguno de mi sector.

Tras la primera horrible sensación, siguió aquella mucho más placentera y se inició aquel ritual matutino. No llevo libros conmigo a diferencia de mi hogar. Saco el celular de mi bolsillo y me distraigo hasta el momento de retirada.

Pero pasé por alto algo sumamente importante.
No quedaba papel.


ATENCION: Lo que sigue puede dañar la sensibilidad y el buen gusto del lector.

Pensé que me estaban jodiendo. Me di hasta el lujo de sacar foto y después en voz alta y a gritos clamé por un rollo de papel. Nada. Pasaron algunos minutos mientras insistía con que me estaban gastando algunos de mis compañeros vengándose de alguna de las mías pero no tuve noticias.

De repente me invadió una vengüenza terrible. Tenia un celular en la mano y no podia usarlo para pedir socorro porque pasaría al podio de los más boludos hasta que muera. Tampoco podía ponerme de pie por miedo a embarrarme desde la cintura hasta las pantorrillas. Yo jamás llevo pañuelos en los bolsillos, pero los revise como si apareciesen si los buscase.

Pero como pude ser tan pelotudo? Como no me avive?

El error mió fue acostumbrarme a cagar siempre a la misma hora. El tipo de la limpieza que pasa cerca de las 8 de la mañana para poner en orden los baños, ese día no vino. Lo que se deducía en que el hijo de puta que estuvo antes, compañero de culo, no solo me dejo caliente la tabla sino que uso todo lo que quedaba del papel o aún peor: andaría por el sector con el culo cagado.

Lo único que tenía era el celular y lo que llevaba puesto. Empecé a tironear para desgarrar la remera pero pude salir de la crisis con más discreción.
Ese día terminé viudo de una media...

El lado de la toalla fue perfectamente eficaz. Al hijo de puta de la limpieza le dejé la media cagada en el un tacho donde tiramos las toallitas de papel para que la vea y agarré medio rollo de papel que quedaba del primer casillero y me lo guarde para mi. Ojala alguno de los forros con los que trabajo le haya pasado lo mismo que a mi buscando el papel que me acababa de llevar.

Ahora llevo aquel medio rollo siempre a que me acompañe. Y la otra media que me quedó aún la conservo. No sea cosa que tenga que reunirse con su hermana en el más allá.




fuente: http://www.facebook.com/photo.php?fbid=10151178935924005&set=pb.758499004.-2207520000.1358301346&type=3&theater