miércoles, 22 de agosto de 2012

Conocimiento Pampeano


 -Uy! Se me volcó el vino
-Bueno, no importa. Alegria, alegria!





Pero lejos de estar contento vos puteas porque ese era un Calia Cabernet reposado en barril de roble.

Sabrá Dios cuando se inventaron y de donde vienen. Pero la tradicion a traspasado por una y otra generación para hacerte llegar el divino conocimiento de que si te tomas vino y comés sandia se te solidifica en la panza y te morís o que si te picó un mosquito hacete un pellizco con la uña en forma de cruz y te deja de picar.

Esta sabiduría ancestral que se transmitió de boca en boca se pudo rastrear en mi familia hasta situaciones bastante absurdas: mi tatarabuelo le prohibia a mi mamá que corra en la terraza porque le aflojaba las baldozas. Cáguense de risa, pero esta práctica que hace temblar las bases de la arquitectura civil es irrefutable desde los hechos. Las baldozas jamás se aflojaron.

En el campo y hace ya tiempo, en épocas donde lo tecnológico eran las puas de las tranqueras florecieron fábulas como la luz mala y el chupacabras. Los ruidos extraños, la muerte de una oveja o pronosticar el clima y pegarle eran grandes misterios que solo se podían desenmascarar a traves del conocimiento pampeano. El gaucho atrapaba un sapo, pegaba la oreja a la panza del bicho y segun como escuchaba los "croacuases" anunciaba lluvias o sequias.
Hoy no encontramos sapos en las ciudades tan facilmente pero los más viejos han desarrollado la habilidad de leer las lluvias según el dolor en su rodilla. Los de Weather Channel? Puras blasfemias.




Existen muchas ramas del saber antiguo. Médicas y Futurologas son las más usadas hoy día. Con buenos fundamentos, cualquiera es buena partera. Recientemente una de las más brujas de la familia de mi mujer ha pronosticado que el bebé que lleva en la panza será nena. El método utilizado fue esconder una cuchara y un tenedor debajo del cojín de dos sillas. Sin saber donde se encontraba cada uno mi mujer tenía que sentarse en alguna. Terminó sentandose sobre el cojín que escondía la cuchara: "Es nena!" se anunció. Razones? Motivos? Por qué chuchara y por qué tenedor? No lo sabré jamás pero ese día sentí que sortearon el sexo de mi bebé con una moneda al aire al cara o cruz.

Y si te salió un orzuelo en el ojo, no tiene el más mínimo sentido sacar turno en un dermatólogo. Frotas un anillo de oro sobre una tela y te lo apoyas sobre el orzuelo y VOILÁ! los poderes alquímicos del anillo lo borran como mágia.


He pasado el salero en mano y algún disimulado conocedor del tema me pide que lo apoye sobre la mesa. A diferencia de los supersticiosos que auguran a este acto a tener mala suerte, los conocedores de la sabiduría pampeana pronostican que el vinculo que une al emisor y al receptor del salero se rompe en peleas y discusiones.

Con el tiempo he aprendido a hacer caso omiso de tal brujería. La televisión, los medios y la vida cotidiana ha logrado distraernos hacia lo lógico y racional. Que mejor para combatir un miedo que ignorarlo? Pero hace unos días un amigo vino a conocer nuestra casa y no pudo dejar de señalar que tengo una planta, un potus para ser exacto, en un rincón.

-Ah, pero lo tenés en el suelo. Por qué no lo colgaste de la pared?
-No, no me gusta. Lo prefiero en el piso.
-Pero fijate que te crece para abajo. Hacelo trepar, de última sobre una varilla. Porque dicen que si crece y una hoja toca el piso el hombre de la casa se muere.

Y el muy hijo de puta estaba en el suelo con las hojas a escasos centímetros del piso. Me reí delante de él. Pero terminé poniendole la varilla y haciendolo trepar sobre si mismo. Mi drama es que sigue creciento y más crece, más lo voy armando para arriba como una piramide de potus. Mi orgullo impidió colgarlo y mi miedo impidió cortarlo. Quien sabe, muera degollado.
Y el potus sigue ahi creciendo y esperando a que me descuide quizás en un viaje de vacaciones y se decida a llegar al piso.